Así se hizo el Busardo Ratonero

Es bien sabido que el Busardo Ratonero (Buteo buteo) es una de las rapaces mas abundantes en Europa, pero no por eso deja de ser bella. 

De ahí nuestros interés en hacerle una foto en una situación distinta a la que estamos acostumbrados a ver, con los pies en el suelo, ya que solemos verlo en vuelo o en postes, ramas etc. Para ello necesitábamos echarnos a tierra y disfrutar de un ángulo que nos permitiera plantar nuestro objetivo a la altura de sus ojos.

Lo primero como siempre la localización del animal, necesitamos un ejemplar que esté en una zona tranquila, poco transitada y por supuesto que se dejase, pero de eso ya se había encargado mi compañero José Antonio Fernandez (Sany) que tenia uno localizado que, a priori, nos iba a dejar hacer nuestro trabajo. Después viene el trabajo en sí.

Lo primero plantar para ver si podemos recoger… y se dejaba, de hecho Sany ya había hecho fotos en compañía de Ángel a este animal. Seguimos con las cebas y planteamos la fotografía, como siempre, antes en nuestras mentes.

Después teníamos que preparar nuestro chajurdo que es como llamamos a lo que ahora se llama hide. Para esta labor unos arquillos, una rafia para taparnos por delante y unas cañas resistentes para montar la estructura. Todo bien atado y brindado para que aguante el peso que posteriormente va a llevar encima y con la suficiente y justa altura para estar medianamente cómodos y podernos mover un poco sin rozar en ningún sitio durante las esperas y las sesiones de fotos que se presumen largas.

 

 

 

 

 

Seguidamente, una rafia por encima, un buen plástico para aislarnos del frío de las mañanas de enero y matojos, ramas y maleza para taparnos y no ser nada;  minetizarnos lo máximo en el entorno. Para simular los objetivos que posteriormente asomarían por delante ponemos unos tubos o botellas o algo que no los haga recelar luego. Y seguimos con las cebas, para que se acostumbren al nuevo ambiente.

 

 

    

 

 

 

 

 

 

 

Para mejorar el “ambiente” donde realizar las fotografías preparamos un escenario con dos posaderos que tuviesen texturas, preparamos los fondos y limpiamos bien el suelo donde queríamos fotografiarlo. Quitar todas las ramitas, hojarasca, alisar el terreno, mirar donde va a estar y cómo podríamos mejorar las tomas, etc. Una tarea que poco se conoce de ella en la fotografía final, pero que mucho tiene que ver con el resultado de la misma.

 

 

 

A pesar de lo trabajado previamente, los resultados tardaron en llegar, ya que tuvimos varios “barrigazos” y no entraba ni quién, ni donde, ni cuando queríamos; pero llega el día en el que el trabajo de campo da sus frutos y se pudieron fotografiar hasta 4 ejemplares distintos de esta especie, además de “artistas invitados” tales como Aguilucho Lagunero o una preciosa Cernícala Común.

Ahora toca mirar resultados, mejorar todo lo que se pueda (que siempre hay cosas que mejorar) y disfrutar de ellos a escasos 8 o 10 metros de nosotros.

Los resultados en la galería.

Espero que os gusten

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